Los sonidos se producen cuando el aire sale de los pulmones, ayudado por el impulso de un músculo que se encuentra de bajo de ellos llamado diafragma, con más o menos fuerza (presión) y al pasar por las cuerdas vocales (en la laringe) las hace vibrar: Si las cuerdas están separadas y relajadas, el sonido resultante será grave. Si las cuerdas están más tensas y juntas, el sonido será agudo. De la laringe el sonido pasa a la faringe y sale por la boca. Es aquí donde vamos a poder modularla o darle ciertas características. Para eso nos ayudaremos de los resonadores, que son las cavidades que tenemos en diversos puntos de la cabeza: traquea, nariz, boca y frente.
En la pubertad, los niños desarrollan una serie de hormonas, esto hace que sufran una
serie de cambios, entre ellos está el aumento de tamaño de la laringe. Por esta razón en
torno a los 12 años a los niños se les cambia la voz, haciéndose más grave. En las niñas
los cambios en la laringe no son muy importantes, por esto no tienen grandes cambios
en el timbre de su voz.